martes, abril 25, 2006

¿A dónde van los gratuitos?

En muchas ciudades de España se está viviendo el boom y desenfreno de la prensa gratuita. Cabeceras de informativos como el "20 Minutos", "Metro", "Qué!", "ADN"... Especializados como "SV, Su Vivienda"... Deportivos como "Penalty". También los hay semanales, como el "Latino" y otros que no sé si siguen entre nosotros, como: "Ahora", "DXT", "De Corazón"... Y más que se sumarán, como el "24 Horas". Incluso hay una revista extraña llamada "Oxígeno" o algo así que nadie se preocupa en abrir.

Son muchos periódicos. La mayoría se reparten a diario, por la mañana y en la entrada del metro o en las zonas más concurridas. La gente los coge, bien porque les gusta, bien porque así hacen un favor a los chavales que los reparten para que se vayan pronto a casa.

Una vez consumida esa dosis gratuita de información, ¿a dónde van los periódicos? A la basura. Sea en las propias instalaciones del metro, sea en la oficina, sea en la propia casa para los que más lo aguantan consigo. De todos los que se reparten, ¿cuántos ejemplares acabarán en un contenedor de papel para reciclaje? Seguro que pocos...

Es aquí donde entra en juego mi idea-consejo.

Para favorecer el reciclaje de papel, Metro de Madrid y el ayuntamiento de la ciudad podrían colocar papeleras a la salida/entrada de los metros con más afluencia para que la gente, al salir, los fuera depositando en ellos y así proceder a su reciclaje. Que esto se puede hacer lo corrobora la presencia de un buen hombre a la salida del metro de Cuzco, que al grito de "¡¡períodicos!!" anima a los madrileños a que le den los gratuitos. Seguro que sus buenos céntimos saca con el reciclaje de estos papeles.

Porque los árboles lo agradecen, mientras ponen el contenedor, procura reciclar tus periódicos gratuitos.

Sigo pensando...

sábado, abril 15, 2006

Foto digital, álbum digital

Hace 2 años que se me ocurrió esta idea. Surgió cuando en casa de unos amigos, éstos quisieron enseñarnos las fotos de su último viaje. A la última como siempre, las fotos eran de una cámara digital y hubo que levantarse para ir donde el ordenador a verlas.

Uno, que por definición es tradicionalista, no entendió muy bien ese cambio de localización para ver las fotos. De toda la vida, los buenos y malos momentos ante la exposición de fotografías se han vivido en el salón y éstas han pasado de unos a otros a la voz de: "déjame ver...".

Un visionado fotográfico como "Dios" manda

Hoy día eso ya no es posible, o por lo menos, no es habitual. La solución que la gente encontró a este problema de reunir en torno a un ordenador a cinco cabezas y 10 pies y 2 juanetes (¡pobres abuelas!) fue el pasarlas a un CD y reproducirlas en la TV a través del DVD. La verdad que no está mal. Sin embargo, yo creo que sería mucho más familiar y práctico el poder disponer de un álbum digital.

Desconozco si tal invento tecnológico ha salido ya a la venta. Pero yo me lo imagino de la siguiente manera...

Una pantalla del tamaño de la de un ordenador portátil (si es la misma del ordenador, mejor). A lo sumo, un poco más pequeña.
Unos botones básicos que permitan la navegabilidad por el álbum (adelante, atrás, zoom, mover...)
Un lugar para la fotografía y otro para el índice general, por si alguien quiere volver a ver la del perro bebiendo cerveza; aunque el índice, bien podría activarse pulsando una tecla...
Conexión USB o ya que nos ponemos a imaginar "sin cables"(¿"güairles" o "blutú"?) que permita la descarga de las fotografías de la cámara al álbum y del álbum a la TV (si ésta tiene también apartito receptor); así como usar el álbum digital como panel de mandos de una reproducción en la TV.

En definitiva una virguería de la tecnología que serviría para que nadie más se quede de pie alrededor de un ordenador para ver una fotografía.
En fin, me imagino (y acabo de constatar) que ya estarán trabajando en ello o comercializándose aparatos similares. Por eso mismo...

Sigo pensando...

viernes, abril 07, 2006

El triunfo de las malas ideas

Me gustaría, tal y como me propone Ayoze, poder hacer categorías en este blog. Una de ellas sería esta: El triunfo de las malas ideas.

Todos hemos visto aparatos, herramientas, objetos extraños distribuyéndose y vendiéndose como algo revelador, útil y fantástico. Sin embargo, ¿es realmente así?

Abro esta "sección" con el que para mí es el ganador de los ganadores: "el soplahojas".

Igual no lo habéis visto. A lo mejor sí lo habéis oído. Es la evolución de la escoba y el rastrillo de varas metálicas. Una especie de aspirador pero a la inversa: expirador. Un ejemplo más de lo que se conoce como retroprogreso.

Lo usan los hombres de parques y jardines cuando llega el otoño. Con él recogen las hojas, perdón, las van amontonando. El potente aire del "soplahojas" hace que éstas vayan a donde quiere el jardinero. ¿Seguro?

"El aire, al contactar con el suelo, se desparrama y sólo la parte central del chorro impulsa las hojas hacial el lugar deseado,
¿el resto? A los lados."

Este aparato funciona con gasoil o es eléctrico. Consta de un motor que se lleva a la espalda y del tubo que se maneja, fácilmente, con la mano derecha. (¿Habrán pensado en los zurdos?). El operario, además de las pertinentes gafas de protección, lleva unas orejeras contra el ruido. ¿Qué ruido?

¡El espantoso y atronador ruido del motor!

Inconvenientes del aparato:
1: Hace ruido, mucho (¡por encima de los 90 db!)
2: Pueden llegar a pesar hasta 10 kilos!!!
3: Levanta más polvo que hojas lleva donde se quiere
4: Contamina, tanto acústicamente, como con el consumo de energía que produce
5: Es insano para el jardinero porque le produce vibraciones y el ruido, por muchas orejeras, penetra.
6: Y, por supuesto, es caro, requiere mantenimiento, equipación, combustible...

Sin embargo, y pese a todo, es una herramienta que triunfa entre los servicios de jardinería. ¿Tan incómo y lento es un rastrillo? ¿Se ha de sacrificar la salud en pos de una mayor rapidez?

Enlaces: Soplahojas
Estudio sobre el ruido


Sigo pensando...

martes, abril 04, 2006

In&Out

Todas las mañanas me pasa lo mismo. Cojo el brick de leche, lo abro y al verterla siempre sale menos de lo que a mí me gustaría que saliese. Si fuerzo el brick para que salga más lo que va a ocurrir es que cuando quiera dejar de echarla, saldrá a borbotones por las causas físicas del lleno-vacío o lo que yo llamo el efecto "ampolla". Sí, se nota que la física nunca fue lo mío, pero todos hemos sufrido la historia que estoy contando.

Antes de llegar el brick la leche venía en bolsas de plástico. Las madres, siempre ejemplo de pragmatismo, cortaban las dos puntas de la bolsa, de tal manera que por una salía la leche y por la otra entraba el aire necesario para que pudiera seguir saliendo. Al llegar los cartones esa práctica desapareció porque la apertura que se le hacía permitía entrar el aire por donde salía la leche. Todo arreglado.

Ocurre, sin embargo, que el rollo de la higiene ha llegado a nuestras vidas y ahora se venden los bricks con unos "abrefáciles" y "viertefáciles" que crispan al más paciente. Y es que, por poner un ejemplo, los paquetes de la central lechera permiten cerrar el brick con una pestañita plástica pero el agujero de salida es más pequeño que el de entrada por lo que, cuando echas la lehce, o vas poco a poco o te arriesgas a los borbotones. En definitiva, una tomadura de pelo porque no es nada práctico.

Yo creo que el asunto de cerrar el brick después de su uso, para evitar que entren los millones de bacterias y bichos malos que a 3-4º se dan en nuestras neveras, podría convivir con la lógica del vertido; donde, como ya sabéis, ha de entrar tanto aire como leche queramos que salga.

Para hacer posibles esto yo propongo dos opciones (puede haber más, claro):

1 - Hacer el abrefácil mayor, de tal manera que las proporciones de aire-leche aumenten.
2- Incorporar una segunda tapita en la parte opuesta a la salida de la leche, de tal manera que siempre entrará el aire necesario mientras vertamos la leche.

La primera opción tiene el inconveniente de que en la mitad de la parte superior del brick hay una junta de los cartones, y será complicado hacerlo más grande; aunque sí más largo.

La segunda opción tiene por su parte la pérdida de tiempo a la hora de abrirlo (no mucho, pero algo) y el precio, es de suponer, se elevará un poco.

A continuación, y disculpen el atrevimiento, les muestro lo más parecido que he encontrado por Internet. En la imagen se ve claramente el sistema que yo propongo. Espero que aclare las posibles dudas.



Como pueden ver, In&Out, por uno entra el aire y por el opuesto sale la leche.


Sigo pensando...

lunes, abril 03, 2006

El pañar se va a acabar

En las tierras del norte de España crece el manzano o pumar. Como bien acertaron los antiguos al ponerle nombre, este árbol da manzanas. Y de las manzanas sale la sidra.

Muchos lagares (donde se prensa la manzana y se elabora la sidra) aún se abastecen con manzanas de pequeños terrenos familiares. Otros las compran directamente en Francia o en países con manzanas más baratas. Así que cuanto más pequeño sea el lagar, más probable es que la sidra sea de manzana asturiana.

¿Cómo llega la manzana al lagar? En sacos. ¿Y cómo llega al saco? Pañándola. ¿Y qué es pañar? Coger las manzanas que han caído al suelo. Esta operación de recoger una a una todas las manzanas, con el lomo partido mirando a la hierba, es una tarea bastante agotadora. Además, el buen hombre, espera a que las manzanas caigan por sí mismas al suelo; ya que si agita las ramas pueden caer otras que aún están madurando. Puede ocurrir también que encontremos la desagradable sorpresa de que algunas manzanas caídas se pudren en el suelo.

Por tanto, hay que visitar periódicamente la finca y recoger, manzano tras manzano, todas las manzanas que han ido cayendo durante la jornada. Para evitar la tarea de cogerlas una a una y el que puedan pudrirse he aquí mi idea: una red.

No es nada original. Probablemente ya se esté utilizando en cultivos de otro tipo, pero es práctico y muy fácil de montar.

Se necesitarán varias estacas de madera o acero, esto ya va en el gusto el agricultor, una red y ya está.

El tamaño de la red ha de ser el suficiente como para abarcar toda la superfice del manzano, de tal manera que toda manzana caiga sobre la red. Una vez en esta, las manzanas no entrarán en contacto con el suelo y no se pudrirán.

¿Y para recogerlas? Sencillo. Sólo hay que establecer puntos de inclinación adecuados para que las manzanas se concentren en un punto desde el cual se puedan coger o bien, directamente, hacerlas pasar al saco.

En el gráfico lo podréis ver mejor.


Sigo pensando...