sábado, enero 05, 2008

AFulday, hay empresas pató

Mi madre, que está en edad de leer esquelas y asistir a funerales, me hace llegar un tríptico que encontró en el último velatorio al que asistió. Me dijo: te va a sorprender. Y lo hizo.

El tríptico es de una agencia fotográfica asturiana llamada AFulday. Los avispados lectores de este blog ya habrán captado a qué se dedica esta agencia. No, no se dedica al cultivo de rábanos. Cubren óbitos. El óbito es una manera fina de decir entierro, trámite para quitarse el muerto de encima, por fin la espichó el condenado, pero lo buena persona que era. Y es que no somos nadie. Porque realmente, el óbito, según la RAE, es el fallecimiento de una persona.

AFulday, la primera agencia fotográfica de Óbitos. Así se presenta en su tríptico donde el buen diseño prima por su ausencia. No es por hacer sangre, pero el diseño es mejorable (al igual que el de su página web: www.afulday.com). Pero no me centraré en eso, sino en el negocio. En la idea. En esa idea que surge un día en un fotógrafo cuando llega a su tienda un enamorado de la vida y le espeta: "Ah, tú, ¿cuánto cobráis por un reportaje fotográfico del entierro de mi cuñado?". Este tipo de empresas no pueden nacer más que de una demanda (y alta).

AFulday, ¿un día completo?, ofrece tres productos.
Reportaje 24:
24 fotografías 15x20 tomadas en: Tanatorio, 1/2 hora antes de la salida del féretro, rito exequial en la capilla del tanatorio y asistentes, coronas y cintas recordatorio, urna de cenizas, esquela.
Reportaje 36:
36 fotografías 15x20 en los mismos lugares, pero se le suma la comitiva fúnebre, el funeral con los asistentes, el cementerio, la inhumación o incineración y columbario (el conjunto de los nichos).
Reportaje 36+:
Igual que el anterior. Sólo cambia el formato: 20x25.

Todas incluyen su correspondiente álbum chulo y su entrega a domicilio. No, las mil primeras llamadas no recibirán este práctico accesorio picador.

La verdad que hay empresas pató. Y gente con necesidades y gustos que necesitan ser cubiertos. AFulday ha sabido ver ese nicho (nunca mejor dicho) y sin pudores ni remilgos ha creado un servicio. Su negocio se centra, sobre todo, en las villas asturianas, lugares donde se vive un boom tanatorial (hasta no hace mucho las gentes velaban los cuerpos en las casas).

AFulday no ha inventado nada nuevo. Antaño, cuando la fotografía era cosa de alocados y profesionales, los muertos eran fotografiados porque, coime, era el único recuerdo gráfico que quedaría de esa persona. Ya se sabe que, en vida, ese tipo de cosas no se consideran necesarias hasta que uno se muere.

Hay gente que, culturalmente, necesita ver al muerto para guardar recuerdo de él. Personalmente no es plato de gusto. No le veo interés a "inmortalizar" esa jornada, pero soy consciente de que hay personas que se quieren atar a los muertos saecula saeculorum. AFulday es su respuesta.

Sigo pensando...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también me llevé un folleto de un entierro al que acudí, y, personalmente no me parece tan mala idea, máxime después de echarle un vistazo a una presentación que tienen hecha y expuesta en su web. http://www.afulday.com/Reportajes/reportajes.html es el enlace al vídeo del reportaje.

Jesús Sarmiento dijo...

Gracias por el enlace, le echaré un vistazo. No es mala idea, todo lo contrario. Es una muy buena idea. Para quitarse el sombrero haber sabido ver la necesidad y darle respuesta. Como digo, yo no lo contrataría, pero sí otras y muchas personas. Es una idea que, probablemente, pueda exportarse más allá de Asturias. Si vuelvo a saber de Afulday pondré algo por aquí.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola, mi nombre es Daniel y soy fotógrafo de Madrid, hace escasamente un par de dias he realizado una entrevista para esta empresa, y he de reconocer que además de ser buena idea, la empresa no roza en ningun momento el limite que dividiria un recuerdo de una imagen grotesca o escabrosa, no juegan a vender el sensacionalismo ni se aprovechan del dolor de nadie para llenarse los bolsillos.
Creo que si existe algun problema con este tipo de reportages es una cuestion meramente de cultura, y creo que la solución al dilema de si hacer o no un reportage fotografico sobre "óvitos" estaría en reflexionar ¿qué es una Fotografía? un saludo